Hace 200 años apareció la "Gazeta de Buenos-Ayres", primer periódico patrio
En homenaje a la “Gazeta de Buenos Aires”, y a su director Mariano Moreno, se instituyó al aniversario de la jornada cuando salió su primera edición, como “Día del Periodista”.
El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para encubrir sus delitos". Aunque con un lenguaje un tanto más rebuscado, el concepto principal parece extraído de un diario de estos tiempos, en que los poderes de turno se enfrentan con el periodismo independiente para ocultar algunos procedimientos.
Sin embargo, los conceptos forman parte de la Orden dada por la Primera Junta el 2 de junio de 1810 y firmada por su presidente Cornelio Saavedra, en la que se establece la creación de un periódico que llevaría el nombre de "Gazeta de Buenos-Ayres". Mucho se ha hablado del periódico, pero menos conocida es la Orden, rescatada por Miguel Ángel De Marco en su "Historia del Periodismo Argentino". Señala luego ese texto de la Primera Junta: "¿Por qué se ha de ocultar a las provincias sus medidas relativas a solicitar su unión bajo el nuevo sistema? ¿Por qué se le han de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el recesivo estado de la Península? ¿Por qué se ha de envolver la administración de la Junta en un caos impenetrable a todos los que no tuvieron parte en su formación? Cuando el Congreso General necesite un conocimiento del plan de Gobierno que la Junta provisional ha guardado no huirán sus vocales de darlo, y su franqueza desterrará toda sospecha". El 7 de junio de 1810 sale el primer número del órgano del gobierno patrio con doce páginas de contenido. Además de la Orden de la Primera Junta ya mencionada, incluye diversas noticias, como una de orden internacional, originada en el diario de Londres "The Courier", del 20 de febrero de 1810, llegada tres meses después a Buenos Aires en que se informa de la resistencia de Cádiz a las fuerzas napoleónicas. Otras se refieren la medida de la Junta de flexibilizar la exportación de cueros, bien a la resolución oficial de no pagar su sueldo a ningún empleado sin decreto especial (con la advertencia de que "el funcionario público que trabaje nunca dejará de ser pagado", acota De Marco), o bien al llamado público para cubrir el cargo vacante de portero de la secretaría. Una parte importante de ese primer número está dedicada a reseñar el Tedéum y las varias ceremonias de juramento de obediencia a la Junta, que se desarrollaron en dos tardes: "El eclesiástico -dice la crónica- , el regular, el militar, el togado, el empleado, el vecino, todos concurrieron a jurar la firmeza y estabilidad de la nueva obra, porque todos reconocieron su justicia, confesaron su necesidad, y vieron el interés común íntimamente unido al particular de sus personas". "La libertad de escribir" En uno de los primeros números, Mariano Moreno publicó un artículo titulado "Sobre la libertad de escribir", acerca de un fenómeno novedoso que atraía a las mentes más preclaras de ese tiempo: la libertad de imprenta. Tras un repaso sobre esta modalidad en Europa y Estados Unidos, y de abogar por una libertad amplia, marcaba sin embargo algunos límites: "Desengañémonos, al fin, que los pueblos yacerán en el embrutecimiento más vergonzoso, si no se da una absoluta franquicia y libertad para hablar en todo asunto que no se oponga en modo alguno a las verdades santas de nuestra religión, y a las disposiciones del Gobierno, siempre dignas del mayor respeto".